Con más de 60 años dedicados al arte de la filigrana, don Agripino Huamán Palomino es uno de los últimos maestros de la orfebrería tradicional. Tiene su taller de orfebrería en la misma ciudad de Huamanga, donde elabora todo tipo de artículos utilitarios con hilos de oro y plata.
Hace ocho años ganó el Concurso Nacional de Plata del Perú; en la actualidad don Agripino Huamán tiene 77 años y aseguró que este tipo de artesanía ancestral se encuentra a punto desaparecer, porque son pocas las personas en el Perú que se dedican a dicha actividad.
“La madre de la filigrana es Ayacucho, pero por el descuido o falta de mejoramiento tecnológico de parte de las autoridades hace que se vaya perdiendo a través del tiempo. Toda mi vida me he dedicado a la filigrana en representación a mi pueblo, en la que participé y gané de varios concursos”, apuntó.
Su incursión en el mundo del arte inició cuando aún tenía 17 años, donde a falta de mejores oportunidades se matriculó en el entonces Centro Artesanal de Ayacucho. Recordó que durante su proceso de formación recibió orientación de su extinto maestro, Godofredo Calderón.
Con el tiempo logró perfeccionar sus habilidades artísticas mediante cursos de capacitación y talleres. Sus logros alcanzados en toda su trayectoria no habrían sido posible sin el apoyo de su familia; entre ellos sus hijos, quienes de a pocos van incursionando en esta labor.
De igual manera, comentó que en el año 2019 publicó su libro “La joyería y filigrana de plata en Ayacucho”, obra literaria en la que profundiza los orígenes de su taller al cual denominó Huaqui Visión.
“En este mi libro narro mis experiencias a lo largo de toda mi carrera y de cómo surgió la filigrana en Ayacucho”, dijo. En tanto, precisó que actualmente la filigrana está en declive, ya que solo existen pocos representantes en Catacaos- Piura, Arequipa, Cusco y Huancayo.