El 22 de setiembre será siempre una fecha especial en las vidas de Ximena y Yeison porque ambos adolescentes padecieron la enfermedad que se recuerda ese día: leucemia mieloide crónica, un tipo de cáncer originado por una alteración cromosómica que afecta a la sangre.
Las madres de estos menores sintieron que el mundo se les venía abajo cuando el médico tratante les anunció en cada una de sus regiones, Piura y Cajamarca, que la enfermedad encontrada en sus hijos era cáncer a la sangre o leucemia.
Sin embargo, el llanto y los lamentos de «por qué a mi hijo» tuvieron que quedar atrás. Se armaron de valor y fortaleza y cogieron sus maletas para emprender inmediatamente el viaje a Lima con el objetivo de encontrar a los especialistas que salvarían la vida de sus hijos.
¡Vamos por más!
Más de 20 entidades públicas y minera Las Bambas participaron de la Caravana Multisectorial Apurímac
Era diciembre del 2020 y Ximena, una niña alegre y apasionada por la música esperaba con mucha ilusión las fiestas navideñas a pesar de los momentos difíciles que todo el Perú vivía por causa del covid-19. Ya se disponían a desempolvar el árbol navideño y el nacimiento cuando esta menor empezó a sentir ciertas molestias en su organismo. Su madre pensó que era una infección a la garganta u otro tipo de malestar pasajero, pero nunca imaginó lo que se venía.
Al principio, el pediatra diagnosticó que era una fuerte amigdalitis. Los medicamentos surtieron efecto, pero por breve tiempo porque pasadas las fiestas navideñas empezaron a recrudecer la inflamación de los ganglios en la garganta, dolores de huesos, palidez e hinchazón en la cara, narró la señora Carmen Ruidíaz a la Agencia Andina.
La situación de Ximena ya empezaba a ser preocupante para toda la familia y, contra viento y marea, pudieron internarla en el Hospital Santa Rosa de Piura, ya que solo daban prioridad a pacientes covid-19. Los resultados de los exámenes practicados en el establecimiento de salud y que fueron derivados a Lima para su estudio indicaron que la adolescente padecía de leucemia linfoblástica aguda de fenotipo mixto, es decir, que tenía dos formas de leucemia en su organismo.
La leucemia es un tipo de cáncer que ataca las células formadoras de sangre en la médula ósea. Por su naturaleza es crucial que el paciente reciba tempranamente un tratamiento oportuno y eficaz para su restablecimiento.
Tras el diagnóstico, con apenas 28 kilos y 6 de hemoglobina, Ximena fue trasladada al Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), donde empezó tratamiento de quimioterapia ambulatorio que, de alguna manera, ayudó a tratar la enfermedad, pero en su caso los médicos aconsejaban un trasplante de médula ósea especializado que solo lo realizan en el Instituto Nacional de Salud del Niño-San Borja (INSN-SB), a donde fue trasladada.
En el caso de Ximena, la alternativa que planteaban los especialistas era un trasplante haploidéntico, que permite el uso de células madre de donantes que no son totalmente compatibles. Una luz aparecía al final del camino. Tanto Carmen como sus dos primeras hijas de 25 y 18 años fueron sometidas a diversas pruebas que determinarían quién era la mejor candidata para la donación.
La evaluación señaló que la hija mayor sería la donante de sus células madre a su pequeña hermana, quien corría contra el tiempo. El 29 de marzo de este año Ximena fue sometida al trasplante y en todo este tiempo su madre nunca dejó de alentarla y darle ánimos para que venza la enfermedad.
“¿Sabes cuál era mi frase?: ¡Ximena, vamos por más!, porque cada avance, así fuese pequeño, era un gran logro para nosotras. Toda la familia le daba el aliento y buscábamos que ella sonría. No te imaginas la emoción que tuve cuando a la medianoche del 29 de marzo de este año recibí la llamada de sus doctores diciéndome que el trasplante fue todo un éxito”, recordó Carmen con voz entrecortada.
Para lograr que el trasplante sea un éxito, Ximena tuvo que estar hospitalizada cuatro meses, en los que su único y fiel acompañante fue un violín, el cual fue obsequiado por una persona caritativa que se enteró de su caso. Este instrumento, no solo le permitió distraerse en los días sombríos de internamiento en el INSN-SB, sino también pudo deleitar a sus compañeros de pabellón y a los médicos y enfermeras con hermosas melodías que tocaba para ellos.
“Ximena, desde los 7 años, tocaba la flauta, pero desde que apareció la enfermedad no pudo hacerlo por la inflamación de los ganglios. Estábamos viendo comprarle un violín, pero apareció una persona que se lo obsequió. Desde allí ha sido su fiel compañero que le ayudó a levantar los ánimos. Ella es una niña fuerte que sueña con llegar a ser doctora y formar parte del INSN-SB”, precisó.
Ahora Ximena, de 15 años, se encuentra en casa rodeada del amor de toda su familia y con la firme convicción que logrará cumplir su sueño de convertirse en una gran doctora o quizás en una violinista de fama internacional. ¡Vamos por más, Ximena!
¡Lo logramos, mamá!
El camino ha sido largo, pero cada esfuerzo realizado por la familia de Yeison fue valioso porque hoy ven que su pequeño hijo de 12 años superó por completo la leucemia linfoblástica aguda que le fue diagnosticada cuando apenas tenía 4 años.
Yeison, natural de la provincia de Cutervo, Cajamarca, es un estudiante destacado en el colegio cuyo pasatiempo favorito es el fútbol. Su madre, Zolia Díaz, habla orgullosa del buen comportamiento y lo responsable que es su hijo en todo momento. Atrás quedaron las noches en vigilia que tuvo que pasar en el INSN-SB cuidando de su hijo con la firme convicción y la fe puesta en Dios de que vencerían esta enfermedad.
Las oraciones de Zoila fueron escuchadas porque hace un mes, los médicos del INSN-SB dieron el alta definitiva a Yeison. Ambos ya no tendrán que viajar de su región a Lima cada seis meses para los exámenes médicos obligatorios que los especialistas indican con el fin de observar que todo está marchando correctamente.
“Para mí fue una enorme emoción escuchar al doctor decir que le daba el alta definitiva. Mi hijo empezó a saltar de alegría y me repetía contento: ¡Mamá, lo logramos, lo logramos! Yo lo abracé y le dije, ¡Sí, mi amor, lo logramos y salimos adelante!”, manifestó Zoila a la Agencia Andina.
La mamá de Yeison aconseja seguir al pie de la letra las indicaciones del médico y no abandonar el tratamiento porque esto puede ser perjudicial para la vida del niño. En este tipo de enfermedad, agregó, es importante la constancia y perseverancia y asistir a todos los controles anuales o semestrales como ella lo ha hecho durante ocho años.
“Yo soy de provincia, yo no conocía a nadie en Lima, pero me vine con mi hijo al INSN-SB y allí estuve por más de un año. Prácticamente mi casa era el hospital. Por eso yo les digo a todos los padres que luchen por sus hijos que es lo más hermoso que nos ha pasado en la vida”, afirmó.
Zoila Díaz se encuentra muy agradecida con todos los médicos, enfermeras y personal técnico del INSN-SB porque siempre le brindaron la mejor atención a su niño y nunca faltaron las palabras de aliento por parte del personal de salud en los momentos más críticos de la enfermedad.