El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) desarrolla un proyecto que tiene como objetivo contribuir a mejorar la conservación de la biodiversidad y a mejorar la calidad de vida de las comunidades indígenas secoyas, kichwas, murui, ocainas y yaguas que habitan la cuenca alta del río Putumayo, región Loreto, y viven de la caza de animales y comercialización de esa carne.
Así lo destacó hoy el Ministerio del Ambiente (Minam) que precisó que el proyecto que realizan investigadores del IIAP busca vincular los beneficios económicos con la preservación de los ecosistemas y la cultura de las comunidades humanas, mediante el cuidado y recuperación de los principales dispersores de semillas como son los primates grandes, además de otras especies de gran porte, que ayudan a la regeneración del bosque amazónico.
“Acciones como la legalización y formalización de la comercialización de carne silvestre, respaldada por planes de manejo, son cruciales para mejorar la economía y la seguridad alimentaria de estas comunidades”, afirmó Pedro Pérez, experto del IIAP, responsable de esta iniciativa sectorial.
El especialista añadió que como parte del trabajo se han recolectado datos importantes de 12 comunidades indígenas; ello con el fin de apoyarlas mediante este proyecto de conservación y desarrollo económico.
Luego, explicó que esa cuenca alberga una alta diversidad de flora y fauna con especies raras, endémicas y amenazadas con alta importancia de conservación. “Es el hogar de muchas comunidades indígenas con gran conocimiento ecológico tradicional de todo el bosque que los rodea”, acotó.
Pérez indicó, asimismo, que un plan de esta naturaleza prohíbe la caza de animales con reproducción lenta como los primates, felinos y otras especies amenazadas. Así se logró proteger y recuperar especies como el mono choro (Lagothrix lagotricha) y la maquisapa (Ateles belzebuth).
Alternativa sostenible
Con la ejecución del mencionado proyecto del IIAP se busca afrontar el alto índice de pobreza económica y la desnutrición infantil en esos ámbitos. Esto se agrava si se toma en cuenta que hay zonas cercanas a las comunidades donde se están talando palmeras para cosechar sus frutos (aguaje y ungurahui), que son alimentos de las principales especies de caza.
Los comuneros venden la carne de silvestres a precios muy bajos a los habilitadores o revendedores, mientras que en el mercado de Iquitos el precio es mucho más alto por kilo. “Esto puede causar muchos problemas. Los cazadores, para obtener mayor ganancia, pueden cazar más de lo normal para incrementar sus beneficios. La sobrecaza es la más grande amenaza de esos animales. Eso, a su vez, ocasiona el síndrome de bosque vacío”, comentó.
De acuerdo con el especialista, esos pobladores amazónicos viven en pobreza y presentan cuadros de desnutrición a pesar de vivir en una región rica en biodiversidad. “Ellos realizan la caza sostenible, pero comercializan la carne a precios muy bajos, lo que podría incentivar el tráfico ilegal de diferentes especies animales silvestres de esa zona del país”, precisó.
Por ello -recomendó- es importante formalizar y mejorar el comercio que se realiza desde hace décadas, donde la mayor ganancia es para los habilitadores y no para los cazadores indígenas del Putumayo.