La minería suele estar ligada a temas o conceptos poco favorables con el medio ambiente, sin embargo, su evolución en la sostenibilidad es cada vez más significativa con el pasar de los años y Perú no es la excepción. La industria minera peruana viene experimentando un progreso significativo durante las últimas décadas que tienen como objetivos reducir al mínimo el impacto negativo de la industria en el medio ambiente.
De acuerdo con Deloitte, la minería en el país ha mostrado un comportamiento positivo durante 2023, impulsado por la recuperación de la producción y los altos precios de los metales en el mercado internacional. Asimismo, el reporte de inflación del Banco Central de Reserva (BCR) del 2023 mostró un crecimiento de aproximadamente 8.4% para finales de año y prevé un crecimiento del 2.0% para el 2024.
“La minería debe ser vista no solo como uno de los sectores más importantes de la economía, sino también, una que sea ecoamigable y sostenible. Si bien es cierto, el sector aporta mucho al país, es indispensable que se logre empleando buenas prácticas” mencionó Camila Svec, Cofounder y COO de Cleanlight.
A pesar del crecimiento y desarrollo positivo del sector, uno de los desafíos más relevantes es la minería ilegal que ha tomado ventaja del alza del precio internacional de los metales y la falta de oportunidades y empleo para expandirse. Las herramientas y procesos artesanales empleados por la minería ilegal que afectan al medio ambiente y la biodiversidad, ha provocado el rechazo de los pobladores hacia la minería en general, sin distinguir entre la formal y la informal.
Actualmente el Ministerio de Energía y Minas (Minem) cuenta con la iniciativa “Visión de la Minería en el Perú al 2030” que tiene como objetivo establecer los lineamientos para que el desarrollo de la minería esté integrada social, ambiental y territorialmente, en un marco de buena gobernanza y desarrollo sostenible.
En ese sentido, la responsabilidad social empresarial es un factor importante para lograr una minería más sostenible ya que las empresas asumen compromisos con el sector, la comunidad y el medio ambiente. De igual manera, el uso de nuevas tecnologías permite automatizar y digitalizar procesos que reducen el impacto negativo del sector en la naturaleza a comparación de aquellos que emplean mecanismos más artesanales.
“Existen herramientas que con la ayuda de la tecnología permiten agilizar los procesos teniendo bajo impacto negativo en el medio ambiente, dejando atrás los procesos artesanales y rústicos que causan un impacto mayor. De esa manera, no solo logramos el desarrollo económico, sino también impactamos en la sociedad y la sostenibilidad” mencionó Svec.
Finalmente, en el 2024, emplear soluciones modernas, alternativas y compromisos sólidos por las partes involucradas que generen impacto real y positivo en el sector, es el camino para lograr los objetivos planteados frente al 2030.