Por William Rios Rosales
En el Perú la agricultura familiar juega un papel fundamental en la economía y la seguridad alimentaria, no obstante, los pequeños productores se encuentran en una constante lucha contra diversos elementos adversos.
El clima, por ejemplo, cada vez más impredecible, representa una amenaza constante para sus cultivos y su sustento.
Para protegerlos de esta vulnerabilidad, el Estado peruano creó el Seguro Agrícola Catastrófico (SAC), un escudo vital que les permite afrontar las pérdidas y daños causados por eventos climáticos y naturales, según el informe publicado en el Suplemento Económika del Diario El Peruano.
El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) precisa que el SAC es financiado en su totalidad por el Estado mediante recursos del Fondo de Garantía para el Campo y del Seguro Agropecuario (Fogasa), que ofrece una compensación económica a los agricultores, especialmente a aquellos en situación de mayor vulnerabilidad y precariedad.
Resiliencia
De acuerdo con el director de seguro y fomento del financiamiento agrario del Midagri, Iván Mena Alberca, su objetivo principal es fortalecer la resiliencia de estos agricultores frente a los impactos adversos de los siniestros, permitiéndoles realizar replantíos y recuperar su capacidad productiva.
Este seguro gratuito, financiado en su totalidad por el Estado, representa un escudo vital para los pequeños agricultores, que al ser los más vulnerables a los efectos del clima encuentran en él una protección invaluable. En caso de sufrir pérdidas en sus cultivos a causa de eventos como sequías, granizadas o inundaciones, el SAC les brinda una compensación económica que les permite recuperarse y seguir adelante.
Las cifras avalan su impacto positivo. El SAC, concebido como un instrumento territorial que abarca automáticamente las hectáreas de cultivo a escala nacional, emerge como un salvavidas para los agricultores más vulnerables.
La ausencia de trámites previos reduce la burocracia y acelera la respuesta ante desastres naturales, proporcionando una compensación vital para la reactivación de la economía agrícola y la reinserción de los productores en sus actividades.
Seguridad alimentaria
Mena subraya acertadamente la estrecha relación entre el SAC y la seguridad alimentaria, al resaltar la importancia de proteger los cultivos destinados al autoconsumo y al mercado local que sustentan a las comunidades rurales.
No obstante, reconoce los desafíos inherentes al programa, especialmente en términos de eficiencia y sostenibilidad a largo plazo. La evaluación del costo-beneficio emerge como un criterio esencial para medir la eficacia del seguro agrícola, mientras que la transparencia y la rendición de cuentas se presentan como pilares fundamentales para garantizar una gestión efectiva y justa de los recursos.
La incorporación de tecnologías innovadoras, como el seguimiento satelital y la comunicación móvil, promete agilizar la evaluación de siniestros y mejorar la respuesta a las necesidades de los agricultores en momentos de crisis.
Se harán estudios que midan con mayor precisión el impacto social del SAC en términos de reducción de la pobreza, seguridad alimentaria y resiliencia de las comunidades rurales.
Mayor comunicación
Fortalecer la comunicación con los agricultores es otro aspecto crucial. Es indispensable que ellos conozcan a fondo los beneficios del SAC, los requisitos para acceder a él y los pasos a seguir en caso de un siniestro.
Respecto al Seguro Agropecuario Cofinanciado, Mena dijo que es una apuesta por la agricultura comercial. Destaca su complementariedad con el SAC y su capacidad para cubrir una gama más amplia de riesgos agrícolas, sobre todo para los agricultores cuya producción se destina principalmente al mercado.
Es cofinanciado por el Estado (80%) y el agricultor (20%), ofrece una cobertura más amplia que el SAC y está dirigido a agricultores que destinan su producción al mercado.
Su objetivo es aumentar la cobertura a 95,000 agricultores en el 2024, lo que implicaría un crecimiento considerable con respecto a los 13,000 beneficiarios del 2023. Para alcanzar esta meta, se solicita una demanda presupuestal adicional de 70 millones de soles.
Para optimizar la eficiencia del seguro se implementan medidas como la modernización del sistema de evaluación de siniestros mediante la utilización de índices climáticos, que permitirán hacer evaluaciones más precisas y objetivas.
Además, identifica la necesidad de explorar nuevas fuentes de financiamiento, incluida la participación del sector privado y la cooperación internacional, para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento de estos programas en un contexto de cambio climático y desafíos económicos.
Innovación tecnológica
La tecnología juega un papel fundamental en el fortalecimiento de los seguros agrícolas. Se está analizando el uso del padrón de pequeños productores agropecuarios (TPA) para facilitar la comunicación con los agricultores y la evaluación de daños.
El desarrollo de nuevos productos como el Seguro Indexado y Alpaca, que utiliza índices climáticos para proteger a las alpacas, es un paso importante en la adaptación al cambio climático. Este tipo de seguros es esencial para proteger a los pequeños criadores de animales, especialmente vulnerables a los eventos climáticos extremos.
Si bien el pronóstico de un Niño moderado para el 2024 trae buenas noticias para el agro peruano, no hay que bajar la guardia. Es necesario seguir fortaleciendo los seguros agrícolas, adaptándolos a las nuevas necesidades y desafíos, para que los agricultores enfrenten con mayor seguridad los riesgos climáticos y asegurar la producción de alimentos para el país.
En este esfuerzo conjunto del Estado, los agricultores y el sector privado, la tecnología y la innovación serán claves para construir un futuro más resiliente para la agricultura peruana.
Desafíos únicos
En la vasta geografía del Perú, los eventos climáticos no afectan a todos por igual. Desde las vastas llanuras costeras hasta las empinadas cumbres de los Andes, la agricultura enfrenta desafíos únicos, exacerbados por el aumento de la frecuencia e intensidad de los eventos extremos.
Una de las especies más emblemáticas del país, las alpacas, ha estado en el epicentro de esta preocupación. Criadas por pobladores de regiones como Puno, Huancavelica, Arequipa, Ayacucho y Junín, estas criaturas son vitales para la subsistencia de comunidades enteras. Sin embargo, hasta ahora, carecían de un esquema de aseguramiento que protegiera su bienestar frente a los embates del clima.
En respuesta a esta necesidad apremiante, el Midagri está dando un paso audaz con la creación del Seguro Indexado para Alpacas.
Este innovador programa no solo protegerá a las alpacas de los estragos del clima, sino que también se ajustará dinámicamente según las variaciones climáticas, asegurando una respuesta ágil y efectiva ante las inclemencias del tiempo.
“El seguro tiene que ir adaptándose también a los niveles tecnológicos que se van incrementando y a los diferentes impactos que tienen los diferentes tipos de agricultura en el Perú”, señala Mena.
Este enfoque adaptable refleja la determinación del Gobierno de enfrentar los desafíos del cambio climático con soluciones innovadoras y proactivas.
Además del Seguro Indexado para Alpacas, el Midagri está comprometido con el fortalecimiento de otros programas de seguro agrícola.
El piloto del Seguro Indexado para Alpacas comenzará en Puno, una región emblemática que alberga a una gran población de alpacas y enfrenta desafíos únicos debido a su altitud y geografía. Esta iniciativa piloto servirá como un modelo para futuras expansiones, ofreciendo un rayo de esperanza para los agricultores de todo el país que dependen de la crianza de alpacas para su subsistencia.
En un mundo cada vez más marcado por la incertidumbre climática, la innovación y la colaboración son clave para proteger los medios de vida de los agricultores peruanos. Con programas como el Seguro Indexado para Alpacas, el Perú está demostrando su compromiso con un futuro sostenible y próspero para todos.
Mercado asegurador
Para que funcione el Seguro Agropecuario Cofinanciado, necesitamos canales de comercialización sólidos, explica el director de seguro y fomento del financiamiento agrario del Midagri.
“Es crucial que el mercado asegurador comprenda y se involucre en este segmento, que a menudo es pasado por alto”.
En un esfuerzo por expandir el alcance del seguro agropecuario cofinanciado, el Midagri ha establecido alianzas estratégicas con ocho instituciones financieras de renombre. Desde las cajas municipales de ahorro y crédito hasta Agrobanco, estas entidades desempeñan un papel fundamental en la promoción y distribución del seguro entre los agricultores de todo el país.
“Pero no nos detenemos ahí”, enfatiza Mena. “Buscamos que las organizaciones de productores, cooperativas y juntas de usuarios se conviertan en canales de comercialización activos”. Esta descentralización del proceso de venta garantiza un acceso más equitativo al seguro, llegando a comunidades rurales remotas y marginadas.
Sin embargo, el impulso del seguro agropecuario cofinanciado no se limita al ámbito nacional.
El Midagri busca activamente fuentes de financiamiento adicionales, incluidos los fondos verdes y la cooperación internacional. Una iniciativa destacada es la participación en una convocatoria de Helvetas, una organización suiza, para el diseño de políticas públicas destinadas a mejorar los seguros agrícolas en el Perú.
Datos
- El funcionamiento del SAC es sencillo y equitativo. La indemnización se establece de forma uniforme, independientemente del tipo de cultivo o la etapa fenológica en la que se encuentre al momento del percance.
- Para la campaña agrícola 2023-2024 se fijó un monto de indemnización de 800 soles por hectárea para los cultivos priorizados por la DRA/GRA, y de 400 por hectárea para los cultivos no priorizados. La cobertura máxima se limita a 10 hectáreas por beneficiario.
- El SAC brinda protección frente a una amplia gama de eventos naturales y fenómenos asociados al cambio climático, que incluyen altas temperaturas, deslizamientos, enfermedades, erupciones volcánicas, granizadas, heladas, huaicos, incendios, inundaciones, lluvias excesivas o extemporáneas, nieve, plagas y depredadores, sequías, sequías para cultivos de riego, sismos, taponamientos o falta de germinación, vientos fuertes y contaminación ambiental.
- Con una asignación de recursos significativa, se destinan 98 millones de soles para el SAC y 15 millones de soles para el Seguro Agropecuario Cofinanciado.