Cada tercer viernes de marzo se conmemora el Día Mundial del Sueño, con el objetivo de concientizar sobre la importancia del sueño, y como una falta de higiene mental puede derivar en la mala memoria, un estado de alerta, mal ánimo, poca energía y hasta mal humor.
El buen descanso es parte de los hábitos saludables que debe tener cada persona, además de una buena higiene mental, alimentación saludable, actividad física diaria, entre otros.
Así lo precisó el doctor Oscar Ramos, jefe del Departamento de Salud Mental del Hospital Edgardo Rebagliati Martins, quien señaló que la mala higiene del sueño proviene de las malas costumbres que tienen la mayoría de pacientes.
“Utilizan el dormitorio y la cama para realizar diversas actividades que no competen al descanso; uso de videojuegos, uso excesivo del celular, ingesta de alimentos, etc. Esto conlleva a que se pierda el estímulo a dormir y que como consecuencia traiga alteraciones del sueño en las personas”, dijo en declaraciones a la Agencia Andina.
Para evitar pasar horas y horas en la cama dando vueltas y sin conciliar sueño, recomendó considerar las siguientes pautas:
El número de horas de sueño puede variar con respecto a la edad y condición de la persona; sin embargo, lo recomendable es dormir entre 6 y 8 horas diarias.
Por otro lado, si bien la actividad física es ideal para una buena salud mental y por consiguiente para combatir el insomnio, es conveniente realizar este tipo de rutinas durante la mañana y/o tarde.
Con respecto al ámbito nutricional, hay alimentos que deberían evitarse para obtener una mejor calidad de sueño, entre los que se encuentran el cacao, café, té, alcohol, ya que todos ellos contienen componentes que nos perjudican a la hora de dormir.
En relación a los alimentos que se deberían consumir, dentro de los nutrientes estudiados se encuentra el triptófano que es un aminoácido esencial en la nutrición humana y que podemos encontrar en las carnes blancas, en ciertas frutas, en frutos secos y cereales.
El especialista resaltó que el exceso de consumo de grasas saturadas, los picantes y de condimentos no son recomendables para una buena calidad de sueño.
Lo ideal es practicar una alimentación balanceada en carbohidratos, proteínas y grasas naturales para que el paciente tenga un peso adecuado y esto conlleve a que su salud mental esté equilibrada sin repercutir en alguna otra patología.
Otra de las recomendaciones es educar al cerebro para que duerma a horas fijas, tener una hora exacta para acostarse y otra para despertarse. Es sumamente importante el manejo de la ansiedad que influye también en la calidad de sueño.
El estado de alerta está incrementando últimamente en las personas, por lo que es aconsejable darse una pausa, realizar actividad física durante el día, practicar algún ejercicio de relajación y tener un periodo de tranquilidad previo al descanso.
También es sustancial evitar la automedicación para conciliar el sueño ya que con ello solo estamos manejando la superficie del problema.
En líneas generales, se debe dormir como mínimo 7 horas al día para tener un sueño reparador. La profundidad y calidad del sueño depende de varios factores, no solamente de la cantidad de horas que el paciente duerma sino también de variables externas.